¿ Alguna vez has visto afectadas tus ganancias al realizar una obra?

Si tu respuesta es sí, bueno, déjame decirte que a la mayoría de los arquitectos nos ha pasado. En ocasiones, incluso, necesitamos otra obra para salvar la anterior, y vivimos en una constante angustia respecto a los tiempos y al dinero que no es nuestro.

La ejecución de una obra es un compromiso que involucra el patrimonio de alguien más y el ingreso de muchas familias por lo que es una gran responsabilidad. El gestionar de manera adecuada los recursos financieros, humanos, materiales, etc, es responsabilidad del arquitecto encargado, así como cumplir en tiempo y forma los acuerdos que tenemos con el cliente.

Pero, ¿por qué nuestras ganancias se ven afectadas?, esto pasa cuando nos salimos del programa establecido y nos desfasamos en los tiempos de ejecución, también cuando cotizamos un material a un precio para la elaboración del presupuesto y a la hora de comprarlo ya subió, y ni hablar de aquel cambio que hizo el cliente, o algún imprevisto (ésos nunca faltan), todo eso nos hace perder dinero porque nos incrementa el costo, y ¿de donde sale el dinero para pagar eso? pues normalmente de nuestra ganancia. ¿Te ha pasado que el día de paga todos traen dinero menos tú? porque claro, no puedes dejar de pagar a los trabajadores, ni de comprar el material que vas a necesitar el lunes temprano.

Al final de la obra, haces cuentas y resulta que no te quedó la ganancia que esperabas, y eso se traduce en frustración, o le incrementamos el presupuesto inicial al cliente y quedó molesto e inconforme. Y como te decía al principio, sí, nos ha pasado a muchos muchos arquitectos y constructores, pero eso no quiere decir que sea correcto, claro que no!!

Por eso, cuando un cliente confía en nosotros y en nuestro profesionalismo, debemos responder de la mejor manera, cumpliendo en costo y en tiempo nuestro compromiso con ellos.

Cuando haces una correcta planeación desde un principio y llevas un control de tiempos y gastos, reduces considerablemente el riesgo de que salgan mal las cosas, un presupuesto exacto para cada obra, es altamente recomendable para tener un mejor control que cuando elaboramos un presupuesto por metro cuadrado. El llevar las cuentas con claridad nos da profesionalismo y certeza, ayuda a crear relaciones duraderas con los clientes.

El gremio de la construcción en general, se ha hecho de mala fama por incumplidos en el tiempo y en los costos, es hora de cambiar ese paradigma y ejercer de una manera diferente.